11.09.2008
Soy bipolar.
Me gustaría decir que es gracioso.

Un amigo me dijo una vez: "te derrumbas tan rápido... Estás ahí, tan feliz. Y al segundo siguiente, te caes, te hundes... Y ya no eres feliz."

Me gustaría decir que llorar significa nada. Pero sé que aunque no es así, lo digo. Y supongo que lo digo desde el instante en que lo pienso; es un hecho que ha pasado por mi mente dentro de la eternidad de mi existencia. Por otro lado... Digo que no sirve por pica. ¿Creé algo de manos del llanto ahora? (Musas; disculpadme en este momento de melancoholía no aceptada, todas saben que las amo), ¿qué es derramar lágrimas como nube de invierno si nunca permito que llegue la primavera?. ¿Qué es despertar siempre una tormenta, un huracán? Tener un abanico gigante de pronto deja de ser sólo una fantasía. Esa facilidad de fomentar conflictos... ¿Qué es tener oportunidades y desperdiciarlas? ¿Qué es la justicia? ¿Qué es una guerra?

No me gustan los cassettes viejos que se están pudriendo en mi patio...
No me gustan las grabadoras que rayan el audio y repite, y repite.
No me gustan los insultos y garabatos con que se trata a la gente.

¿Pero entonces qué diablos haces, niña ilusa? (he ahí el calificativo más adepto a un lenguaje culto-formal, con el que las cosas duelen menos y rozan superficie y no fondo).

Sigue quedandote ahí. Que aquí estamos en verano.

Y ahí va otro reproche... "No seas tan dura contigo misma". Vale, al menos lo tengo presente. Y de todas formas ¿cómo no serlo viendo que no hay resultados?

De pronto surge otra pregunta... ¿Qué es el infierno? Sí, estamos de acuerdo en ello ahora.



Pero sea como sea. Lágrimas con esto, cobran todo sentido... ¿Sentir? Lágrimas.